En verano, la combinación de altas temperaturas, mayor actividad física y más tiempo en la calle provoca que los peques suden mucho, y por ello es muy importante, evitar la deshidratación.
La Asociación Española de Pediatría y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan la lactancia exclusiva hasta los seis meses de edad. Esto significa que el niño debe tomar solo pecho hasta que cumpla su sexto mes de vida. No hay que darle, por tanto, ni agua, ni infusiones, ni zumo… Ni siquiera aunque sea verano.
La leche materna está formada por agua en un 87% de su composición, por lo que los bebés amamantados a demanda están perfectamente hidratados. Solo hay que incrementar la frecuencia de las tomas si hace mucho calor; pero no hace falta un aporte extra de agua.

La leche materna siempre hay que darla a demanda, pero en este caso, aún más. Habría que ofrecerle el pecho al bebé en cuanto mostrara interés y más veces al día por si tuviera más sed de la habitual.
En relación a la lactancia artificial, la consigna es la misma. Si el bebé no puede tomar leche materna, ha de tomar solamente leche de fórmula hasta los seis meses, sin ofrecer un aporte extra de agua y respetando la proporción entre agua y leche de cada fabricante. Si hace mucho calor, bastaría con reducir el tiempo entre toma y toma (por ejemplo: si toma 180 ml de leche cada 4 horas, ofrecerle 90 ml cada dos horas.)

Cuando existen manifestaciones de deshidratación en los bebés, su identificación precoz puede marcar la diferencia. Así, los especialistas advierten de los siguientes síntomas:
- Inquietud, somnolencia o irritabilidad.
- Piel fría o sudorosa.
- Bajos niveles de energía. Por ende, el niño tiene debilidad y está adormecido.
- Escasez o ausencia de lágrimas durante el llanto. Además, también en estos casos es de un tono más bajo de lo normal.
- Mucosa de la boca o lengua seca.
- Ojos hundidos, al igual que la zona blanda (fontanela) de la cabeza.
- Disminución de la cantidad de orina; la cual está más concentrada.
Cuando cumple medio año de edad, el niño ya puede iniciar una dieta más diversificada con la alimentación complementaria. En ella habrá fruta y verdura que llevan agua, pero para que no haya una sobrecarga del riñón, sí hay que ofrecer al pequeño más líquidos. Se le puede ofrecer agua, mejor lejos de las tomas para que no rechace el alimento, y sin forzarle.

Como veis, el criterio sigue siendo su edad y el tipo de alimentación que se ha elegido por parte de sus padres. No quiero dejar de recordar que a los y las bebés menores de 6 meses, no se les debe exponer al sol de forma directa.
No dejéis de disfrutar del verano, mientras nos adaptemos a las recomendaciones todos y todas estaremos seguros.