La importancia del desarrollo de la integración sensorial en los niños

De nuevo viernes, y de nuevo os traigo un post escrito por una de nuestras colaboradoras. En este caso se trata de Sara, una maravillosa terapeuta ocupacional; que nos ha escrito un completísimo post sobre la importancia del desarrollo de la integración sensorial en los niños.

Os puedo asegurar que se trata de un texto lleno (lleno, lleno) de información muy valiosa e interesante; pero me quedo con este párrafo: “Las sensaciones de tacto, olfato y movimiento son particularmente importantes para el recién nacido, que las utiliza para mantener el contacto con un cuidador y fomentar sentimientos de seguridad. Este es solo el comienzo del importante papel que desempeña el sistema táctil en la vida emocional de una persona porque está directamente involucrado en hacer contacto físico con los demás”

Tras leerlo no puedo más que acordarme del un caso que me tocó especialmente como matrona y madre; el de una mamá asturiana que fue separada de su bebé recién nacida contra su voluntad y sin ninguna explicación ni base médica (si no sabéis de qué os hablo, aquí podéis leer la noticia)

Os dejo con el post y os invito a que lo compartáis en redes 🙂


El input sensorial es necesario para una función cerebral óptima; o, dicho de otra manera, el cerebro está diseñado para captar constantemente información sensorial y, si se le priva de ella,  funciona mal. Los experimentos de privación sensorial realizados en las décadas de 1950 y 1960 dejan en claro que, sin un flujo adecuado de sensaciones, el cerebro genera su propia entrada en forma de alucinaciones y posteriormente distorsiona los estímulos sensoriales entrantes.

Es más, diversos autores afirman que si la estimulación sensorial adecuada no está disponible en períodos críticos en el desarrollo se producen anomalías cerebrales y trastornos de conducta (Hubel y Wiesel, 1963; Jacobs y Schneider, 2001; Kolb y Wishhaw, 1985).

Relación entre la entrada sensorial del entorno y la respuesta adaptativa del niño

Un niño no absorbe pasivamente las sensaciones que se le presenten, al contrario, selecciona activamente las sensaciones que le son más útiles en ese momento y las organiza de una manera que le facilite el logro de sus objetivos.

Este es el proceso de integración sensorial.

Cuando este proceso va bien, el niño organiza una acción exitosa dirigida hacia un objetivo sobre el medio ambiente, que se denomina respuesta adaptativa y que le permite satisfacer con éxito algún desafío presentado en el entorno. La respuesta adaptativa es posible porque el cerebro ha podido organizar eficientemente la información sensorial entrante, que luego proporciona una base para la acción.

Los estudios sobre los efectos de los entornos enriquecidos indican que el ingrediente esencial para los cambios cerebrales positivos es que el niño interactúe activamente con un entorno significativo y desafiante.

La exposición pasiva a la estimulación sensorial no produce estos mismos cambios positivos. Y este es un concepto importante pues muchos abordajes de estimulación sensorial consisten simplemente en que el adulto proporcione sensaciones de forma pasiva al bebé cuando lo que debemos proporcionarle son oportunidades sensoriales para que el propio niño participe de ellas activamente.

Desarrollo de la integración sensorial

Los primeros 7 años de vida son un período de rápido desarrollo en la integración sensorial, en los que el niño empieza a atribuir significado a la corriente de sensaciones que comienza a experimentar. Se vuelve cada vez más hábil para cambiar la atención hacia lo que percibe como significativo, ignorando lo que es irrelevante para sus necesidades e intereses. Como resultado, puede organizar su juego durante períodos de tiempo cada vez mayores y gana el control en la regulación emocional.

El desarrollo sensoriomotriz, aunque similar, puede presentar cierta variabilidad de un niño a otro. Por ejemplo, en la edad pre-escolar, las habilidades varían enormemente entre los niños debido a las diferencias en las oportunidades ambientales, las influencias familiares y culturales, la experiencia personal y la dotación genética.

Aunque es cierto que existe variación en la secuencia del desarrollo en los niños durante los primeros años de vida podemos hablar de ciertos logros que suelen ocurrir a lo largo del desarrollo de la integración sensorial. Veámoslos por etapas:

1. Periodo prenatal

Las primeras respuestas conocidas a los estímulos sensoriales ocurren temprano, muy temprano: aproximadamente 5 semanas después de la concepción.

Son las respuestas a los estímulos táctiles e implican reacciones reflejas de evitación a un estímulo perioral (el embrión dobla su cabeza y tronco superior lejos de un estímulo de toque ligero alrededor de la boca). Esto no es otra cosa que una reacción primitiva de protección, ya que no es hasta las 9 semanas de gestación que se producen respuestas de aproximación de la cabeza al pecho como función propiocepiva.

En este periodo perinatal se desarrolla un repertorio de reflejos como succión, grasping, flexión protectora, Galant, enderezamiento de cuello, Moro, reacción positiva de soporte, de tal manera que en el momento del nacimiento el bebé tiene la capacidad para formar un vínculo con su cuidador y participar activamente en la crianza.

Estas capacidades innatas requieren de aspectos rudimentarios de integración sensorial integrados en el sistema nervioso. Sin embargo, en este periodo, las influencias ambientales, como el estrés materno, pueden tener un impacto significativo en la calidad del desarrollo de la integración sensorial.

2. Periodo neonatal

Las sensaciones de tacto, olfato y movimiento son particularmente importantes para el recién nacido, que las utiliza para mantener el contacto con un cuidador y fomentar sentimientos de seguridad.

Este es solo el comienzo del importante papel que desempeña el sistema táctil en la vida emocional de una persona porque está directamente involucrado en hacer contacto físico con los demás.La propiocepción también es crítica en la relación progenitor-bebé, permitiendo que este se amolde al cuerpo del adulto de una manera tierna.

Y, sin embargo, aún resuena en nuestra cabeza consejos tan nocivos como “no cojas al bebé en brazos que lo vas a malacostumbrar”, ¿verdad?.

Se sabe que estar en posición vertical contra el hombro del cuidador aumenta el estado de alerta y la búsqueda visual. Mientras se mantiene en esta posición, el sistema vestibular del bebé detecta la fuerza de la gravedad y comienza a estimular los músculos del cuello para levantar la cabeza del hombro del cuidador. Esta respuesta adaptativa alcanza la maduración completa en 6 meses.

Asumir diferentes posiciones (boca abajo, boca arriba, de lado, vertical sobre los brazos de los padres, etc.) hará que el bebé consiga gradualmente un enderezamiento y estabilización de la cabeza. Los sistemas visual y auditivo del recién nacido son inmaduros, si bien ya es capaz de orientarse hacia algunas entradas visuales y auditivas y está particularmente interesado en los rostros y las voces humanas, aunque el significado a estas sensaciones aún no está asociado a un concepto.

Visualmente se siente atraído por estímulos de altocontraste, como los diseños en blanco y negro, y su rango de agudeza visual para la mayoría de los estímulos se limita a aproximadamente 25 cm. La agudeza visual y la capacidad de respuesta del niño a los patrones visuales se expanden dramáticamente durante los primeros meses de vida: durante este tiempo, el bebé comienza a usar el contacto visual para relacionarse con el cuidador, fortaleciendo aún más el vínculo entre ellos.

La estimulación en cada uno de los sistemas sensoriales afecta potencialmente el estado de excitación del bebé. La capacidad para adaptarse conductualmente a las sensaciones cambiantes es otro aspecto importante del desarrollo de la integración sensorial, el desarrollo de la autorregulación. Es relativamente fácil sobreestimular a los bebés pequeños, por ejemplo, con cambios en la temperatura del agua, cambios en la posición del cuerpo o un aumento en los estímulos auditivos o visuales). Sin embargo, a medida que se desarrolla la integración sensorial, el bebé estará en mejores condiciones de autorregular sus respuestas a los estímulos cambiantes al iniciar comportamientos que serán calmantes (como chuparse el dedo o acurrucarse con una manta favorita) o excitatorios y energizantes (como moverse enérgicamente o gritar).

Este proceso de autorregulación comienza en el período neonatal y se desarrolla durante la primera infancia.

3. Primeros 6 meses de vida

Entre los 4 y 6 meses de edad, se produce un cambio en la organización del comportamiento del bebé. Los sistemas sensoriales han madurado en la medida en que el bebé tiene mucha más conciencia e interés por su entorno y comienza el control postural.

Durante el primer semestre de vida, se comienza a desarrollar un fuerte impulso interno para levantarse contra la gravedad, y este impulso es evidente en gran parte del juego espontáneo del bebé.

El control de la cabeza está bien establecido a los 6 meses de edad y ofrece una base estable para el control de los músculos oculares. Esto, por supuesto, refleja la creciente integración de los sistemas vestibular, propioceptivo y visual, que se vuelven cada vez más importantes para proporcionar un campo visual estable a medida que el bebé gana movimiento independiente.

La información táctil y visual se integra a medida que comienza a alcanzar y agitar o golpear los objetos. El niño tiene un fuerte impulso interno para jugar con las manos llevándolas a la línea media mientras las mira y toca. Las conexiones entre el sistema táctil y visual allanan el camino para posteriores habilidades de coordinación mano-ojo.

Además, el juego de manos en la línea media es un hito importante en la integración de sensaciones de los dos lados del cuerpo.

4. De los 6 meses al año de vida

Otra transición importante ocurre durante la segunda mitad del primer año y no es otra que la capacidad para moverse de manera independiente por el entorno, reptando, gateando o bien caminando ya.

La capacidad de moverse de forma autónoma por el entorno le genera mayores oportunidades para integrar una variedad de sensaciones complejas, particularmente las responsables del desarrollo del esquema corporal y la percepción espacial.

¡Qué importante es en este momento dejarles esta libertad de movimiento!

Comienza también un desarrollo rápido de la percepción táctil, que se refina aún más y juega un papel crítico en las futuras habilidades manuales. Todos hemos oído aquello de “a caminar se aprende andando”, pues bien, a manipular se aprende manipulando.

Es sencillo, debemos dejar que el niño toque y coja objetos, si bien, nosotros como adultos, manipularemos el entorno para que solo se tope con materiales seguros.

La interacción que tendrá el bebé con los diferentes objetos permitirá que se empiecen a desarrollar un sinfín de pinzas y destrezas manipulativas. En esta etapa, es importante también el procesamiento auditivo, ya que juega un papel significativo en la conciencia del ambiente por parte del infante, especialmente el ambiente social.

La información auditiva se integra con sensaciones táctiles y propioceptivas en y alrededor de la boca a medida que el bebé vocaliza. Los frutos de este proceso comienzan a florecer en la segunda mitad de este primer año, cuando comienza a experimentar con la creación de los sonidos del lenguaje que utilizan sus familiares.

Las vocalizaciones como las repeticiones de consonantes y vocales («bababa», «mamama») son comunes. Los padres a menudo atribuyen significado a estas vocalizaciones y las alientan fuertemente, por lo que el bebé también atribuye significado a estos sonidos.

Otro hito importante es la independencia en la alimentación. Este logro complejo requiere un procesamiento somatosensorial refinado de la información de los labios, la mandíbula y el interior de la boca para guiar los movimientos orales al masticar y tragar los alimentos. La sensación del gusto y el olfato también son parte integral de este proceso, pero la autoalimentación implica más que la boca.

Todos los hitos integradores sensoriales adquiridos que involucran la coordinación ojo-mano son importantes aquí. Es habitual que el niño use sus manos para llevarse el alimento a la boca y para explorar la textura del mismo. Aunque no es muy funcional para ellos usar cubiertos en esta etapa (pues requiere de unas habilidades de planificación motora más complejas y maduras) algunos niños empiezan a tener motivación interna por utilizar los cubiertos para autoalimentarse al final del primer año de vida.

Pero primero ¿sabéis que viene? Efectivamente, que coman con las manos, ya estáis viendo que es necesario para su desarrollo sensorial y motriz.

5. De los 2 a los 7 años

Durante el segundo año, los niños empiezan a experimentar con muchas variaciones en el movimiento corporal. El imitar acciones de los demás contribuye aún más a este repertorio de movimientos, lo cual genera nuevas experiencias sensoriales.

Durante este año comienza a emerger un aspecto de la praxis, la ideación: capacidad de conceptualizar qué hacer en una situación determinada. Esto es posible gracias a la capacidad cognitiva de usar símbolos, primero expresados ​​de forma gestual y luego vocalmente.

El funcionamiento simbólico permite que el niño se involucre en acciones de simulación y se imagine realizando acciones, incluso acciones que nunca antes había hecho. Todo este florecimiento de las habilidades práxicas juegan un papel determinante en el desarrollo del propio autoconcepto.

Pero es de los 3 a los 7 años donde se considera que el desarrollo de la integración sensorial está en su periodo crítico, por la receptividad del cerebro a las sensaciones y su capacidad para organizarlas en este momento. Es importante el desarrollo que experimenta el área motora visual a través de la participación en actividades como manualidades, dibujo, pintura, juegos de construcción e incluso videojuegos. El entorno rico, sensorialmente hablando, les brindará oportunidades para columpiarse, deslizarse, trepar, saltar, empujar, tirar, rodar… es la época de oro del desarrollo de la planificación motora.

Durante este periodo los niños lidian con los desafíos motrices que plantean los juegos como saltar a la cuerda, canicas o la rayuela. Y también se vuelven expertos con herramientas culturales como tijeras, lápices, cremalleras, tenedores y cuchillos, cubos, palas, escobas, rastrillos… Muchos niños comienzan a participar en ocupaciones que presentan desafíos sensoriomotores en los años venideros, como fútbol, ​​ ​​kárate, gimnasia, tocar un instrumento musical, etc. No vamos a demonizar las nuevas tecnologías, que también tienen su parte buena, pero hay que darle peso en esta etapa a los juegos tradicionales, a los parques infantiles y al deporte.  Todo esto hará que aumente progresivamente su capacidad de organizar su comportamiento en secuencias más complejas durante períodos de tiempo más largos.

Por si fuera poco, esto les permite ser más autónomos en la organización de las rutinas diarias, como prepararse para ir al cole por la mañana y otras tareas de autocuidado, completar los deberes y otros proyectos escolares y realizar algunas tareas del hogar.

Sí, he dicho bien, desde los 2 años ya pueden ayudarnos con las tareas del hogar y estas son actividades que no solo les suelen gustar, sino que les proporcionan oportunidades de desarrollar todo tipo de habilidades, tanto sensoriomotrices como cognitivas y sociales.

Algunos niños son más talentosos que otros con respecto a las habilidades de integración sensorial, pero la mayoría logran un grado de competencia que les permite participar plenamente en las ocupaciones diarias en el hogar, en la escuela, y en la comunidad. La mayoría de los niños experimentan sentimientos de satisfacción y autoeficacia a medida que dominan aquellas ocupaciones que dependen en gran medida de la integración sensorial.

Los trastornos en el procesamiento sensorial

Desafortunadamente, no todos los niños experimentan competencia en el desarrollo de la integración sensorial. Cuando algunos aspectos no funcionan de manera eficiente, el niño puede experimentar estrés en el transcurso de su ocupación diaria.

Por ejemplo, puede ser estresante simplemente mantener el equilibrio al sentarse en una silla, vestirse por la mañana antes de la escuela, mantener la atención en clase, intentar jugar a la pelota o aceptar la textura de ciertos alimentos.

El niño podrá ser consciente de estas dificultades y se podrá sentir frustrado por el frecuente fracaso cuando se enfrenta a tareas ordinarias que son fáciles para compañeros de su edad.

Muchos niños con problemas de integración sensorial desarrollan una tendencia a evitar desafíos sensoriales o motores simples, respondiendo con rechazos o rabietas cuando se les empuja a actuar. Si esto se convierte en un patrón de comportamiento a largo plazo, se pueden perder experiencias importantes, como jugar con sus compañeros, que es fundamental para desarrollar sentimientos de competencia, dominar un amplio repertorio de habilidades útiles o desarrollar estrategias sociales flexibles.

La disciplina que se encarga de intervenir cuando existen signos que nos hacen sospechar de una posible dificultad a nivel de integración sensorial es la TERAPIA OCUPACIONAL a través de lo que comúnmente se conoce como LA TEORÍA DE LA INTEGRACIÓN SENSORIAL DE JANE AYRES. Según esta teoría el cerebro podría estar malinterpretando la información sensorial recibida del entorno y el niño podría tener dificultades para dar una respuesta adaptativa, mostrando lo que se conoce como hiperresponsividad o bien hiporresponsividad a los estímulos sensoriales.

Cuando los niños muestran una respuesta hiperreactiva responden a ciertas sensaciones inofensivas como si fueran peligrosas o dolorosas, como por ejemplo, evitar que la gente les toque, agitarse cuando un compañero choca sin querer con ellos, llorar o gritar mientras se les cepilla el pelo o los dientes, aferrarse o evitar ciertas texturas de los alimentos, gritar o taparse los oídos si escuchan el sonido de la aspiradora o el ladrido de un perro, temer actividades de movimiento ordinarias como columpios, toboganes o rampas, quejarse continuamente de que les pica la ropa, distraerse con ruidos de fondo, etc.

Cuando un niño se ve sobrepasado por los estímulos sensoriales del entorno puede manifestar cambios de humor, rabietas y dificultad para el autocontrol y gestión de sus emociones.

Por el contrario, cuando muestran una respuesta hiporreactiva se hace necesario aumentar la intensidad de los estímulos para provocar una respuesta. Se trata de niños que parecen inmunes al dolor, no notan cuando se hacen heridas, mastican objetos no comestibles, como ropa, juguetes u otros objetos, continuamente se caen al suelo o chocan contra cosas y personas invadiendo su espacio personal, pueden pasar horas montados en los columpios,parecen incansables, etc.

Podríamos pensar que este tipo de conductas solo se muestran en niños que tienen diagnósticos como autismo, déficit de atención u otros retrasos del desarrollo, pero la realidad es que la prevalencia estimada de estas dificultades en población infantil sin otro tipo de diagnóstico ronda el 15-30% de los niños en edad escolar, y de no intervenir, los problemas pueden persistir durante la adolescencia y la edad adulta, etapas en las que se asocian con altos niveles de ansiedad y baja autoestima.

Los terapeutas ocupacionales ayudan, a través de la actividad terapéutica, a que el niño alcance un nivel de regulación sensorial óptimo que le permita desenvolverse de forma eficiente en su entorno.

Pero los trastornos de procesamiento sensorial es un tema amplio y complejo del que hay mucho escrito y no siempre sacado de fuentes íntegras y fiables, así que no quiero acabar este post sin dejaros algunos enlaces donde podréis leer más sobre la temática si os resulta interesante o bien os habéis sentido identificados con respecto a la conducta que presentan algunos niños, bien sea de vuestra familia o de vuestro entorno.


RED GLOBAL DE INTEGRACIÓN SENSORIAL (SIGN) https://www.siglobalnetwork.org/
ASOCIACIACIÓN ESPAÑOLA DE INTEGRACIÓN SENSORIAL http://www.integracionsensorial.es/
FUNDACIÓN DESÓRDENES DE PROCESAMIENTO SENSORIAL http://www.spdfoundation.net/
INSTITUTO EUROPEO DE INTEGRACIÓN SENSORIAL http://integracionsensorial.eu/index.html

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