El postparto tras una cesárea… El postparto

Os había dicho que os iba a escribir sobre la recuperación después de una cesárea. Pero he estado días pensando en que un postparto es un postparto, a veces, con el añadido de haber tenido una cesárea.

Me explico.

Hay postpartos de cesáreas que son muy buenos, y postpartos de partos vía vaginal (no necesariamente normales o naturales, también instrumentales) que no son buenos.

Suele ser un momento muy idealizado. Se suele pensar que estaremos bien, sin dolor, activas, comprendidas, apoyadas, mimadas… Se suele pensar que nuestro bebé dormirá lo que nosotras necesitemos que duerma (o pensemos que deba dormir), en unos horarios muy normales, es decir, dormirá por la noche y una siesta (o dos) a lo sumo. Se suele pensar que comerá cada tres horas, de forma predecible, y en unos 10-15 minutos, así que este tema no llevará demasiado tiempo. El pañal tampoco será un problema ya que, como es normal, hará pis y caca todos los días, ¿es lo natural, no?. Se suele pensar que nuestro entorno respetará todas nuestras decisiones, no nos dará consejos no pedidos, no nos aleccionará sobre crianza (incluso sin haber criado), no nos enseñará a dar teta a sus horas (incluso sin haber dado teta); nos brindará ayuda real (ya sabéis, aquella que necesitamos nosotras, no las que otros creen que necesitamos), incluso, nos llamarán por teléfono preguntando cuál es el mejor momento para hacer una visita.

….Nótese el tono irónico…

Y no digo que esta no sea la realidad de alguna de vosotras, digo que no es lo que suele pasar.

El postparto como madre

Tenemos parte de culpa. Y la tenemos, precisamente, por idealizar ese momento y creer que todo nuestros entorno (TODO) sabe lo que pensamos, lo que queremos, lo que necesitamos y lo que esperamos de todos y cada uno de ellos.

Y no es así.

Debemos aprender (me incluyo) a decir lo que queremos para nosotras y nuestros bebés en un momento tan vulnerable e intenso como es el postparto.

¿Es un momento bonito? Sí.
¿Es un momento de mucho amor? Sí.
¿Es un momento que, a la gran mayoría de nosotras, nos va a llevar al límite? También.

Y es que (a no ser que se tengan más hijos, que el discurso sería parecido pero no igual) nunca nadie ha dependido tanto de nosotras, nunca hemos sido (literalmente) todo para nadie, y nunca nos cuestionaremos tanto a nosotras mismas como mujeres y como madres como en este momento.

Aprendemos a ser madres siendo madres. Y nunca sabremos al 100% si todo lo que hacemos es lo idóneo en cada momento. Solo podemos confiar en nosotras, en nuestros bebés y en que el amor que sentimos por ellos sabrá guiarnos para hacerlo lo mejor posible.

Todas estas cosas os la digo como madre. Como madre que hace lo que puede y que día a día duda si podría haberlo hecho mejor.

También os digo que quiero a mi hija con un amor tan grande e incondicional, que no conozco palabras para describirlo (me emociono escribiendo estas palabras), y que me fío de él. Este tipo de amor no engaña. Este tipo de amor solo puede guiarnos bien.

El postparto como matrona

Ahora, como matrona, os daré una serie de recomendaciones generales. Y con generales, quiero decir exactamente eso, generales. Lo especifico por si alguna de vosotras al leer estas palabras piense: esto no me va bien a mi.

Como siempre y como con todo, los “A-B-C”, las recomendaciones no deberían ser directrices estrictas, sino guías a las que poder recurrir y adaptar a nuestras necesidades específicas. No todas necesitamos lo mismo a lo largo de nuestras vidas, y mucho menos, por ejemplo, en los diferentes postpartos que podamos vivir (la experiencia siempre es un grado para todo).

En términos generales, la famosa cuarentena hay que respetarla. Dependiendo del tipo de parto, la cuarentena (o postparto tardío) son 6-8 semanas: 8 semanas en caso de cesárea, 6 en paso de parto vía vaginal.

Los cambios en el pecho empiezan ya desde el embarazo. Llegados a este punto ya habréis pensado si dais pecho o no.  Alguna no estará de acuerdo conmigo, pero yo pienso que dar teta es una decisión no un deseo.

A veces no se puede, a veces no se quiere, a veces se quiere pero no se puede. Todo es válido y respetable, que nadie os haga dudar de lo que queréis, que nadie os haga sentir mal por lo que queréis. No vale, no es justo. Nadie está dentro de vosotras y nadie tendrá que hacer nada por vosotras.

Soy “pro-teta”. Pienso y sé que la teta es lo mejor para el cachorro/a humanos. Soy asesora de lactancia. Sigo dando teta. Pero creo que la lactancia debe ser satisfactoria, no una tortura china. He visto auténticas barbaridades. A veces porque dejar la lactancia supondría un duelo para vosotras, otras porque os veis obligadas por presiones externas, otras por culpabilidad por el qué dirán…

Os animo a informaros y a formaros. La cultura del biberón ha hecho tantísimo daño… que no sabemos cómo coger a nuestros hijos para dar teta.

La lactancia es muy bonita, es algo SÓLO nuestro, pero también es dura, a veces es intensa, a veces es una locura, a veces… A veces eres sólo una teta, y eso hay a quien le pasa factura (a mi  a veces, por ejemplo).

Así que sí, para mi es una decisión porque a veces no va rodada desde el minuto uno y se necesita mucha paciencia y apoyo.

Y por que si quieres dar biberón, es mucho más práctico para ti que no estimules el pecho y así no te suba la leche (¡Ojo! A veces se toman las pastillas para cortar la leche ¡y sube igual! La naturaleza tiene mucho poder).

Los loquios son “muy personales”. Hay algún patrón a tener en cuenta pero no existe una norma común. Podríais sangrar durante la cuarentena entera. No es lo común pero si es posible. Todo lo que pase de ahí, hay que consultarlo.

Aún siendo una cesárea, deberéis cambiar bastantes veces la compresa. La idea es tener la zona lo más seca posible para prevenir infecciones ascendentes.

Tienen un olor algo más fuerte que una regla, pero no por ello huelen mal.

Unos loquios con mal olor son motivo de consulta. Por lo demás, usar compresas de algodón o celulosa. Que sean buenas vamos.

Ya os he contado que una cesárea es una intervención mayor. Hay que traspasar muchas capas para poder llegar a nuestros bebés, y estas capas deben cicatrizar. Obviamente todo lo que cicatriza deja una cicatriz, y estas se parecen mucho al tejido del que se trate pero no será exactamente igual.

Os he dicho que hay recuperaciones de cesáreas que son muy buenas, pero hay otras que no. Hay otras en las que las heridas duelen, hay posturas que cuestan, a veces poder sujetar al bebé para darle teta es muy difícil (sin ayuda de cojines, por ejemplo) y esto influye en el poder salir a la calle a respirar.

Las cicatrices de las cesáreas deben ser valoradas en dos fases: la primera por parte de la matrona mientras está curando (recordad que también, somos enfermeras, sabemos un poco bastante de heridas) y la segunda, una vez cicatrizada, debe ser valorada por una fisioterapeuta especializada.

Hay cicatrices que necesitan tratamiento porque hay cicatrices que tienen retracciones, adherencias y/o molestias que NO deben estar ahí.

Una cesárea es un factor de riesgo muy grande para el suelo pélvico. Hemos estado embarazadas y ahora, para parir se debe cortar nuestro abdomen. Nuestro abdomen son las paredes (imaginarias) de una casa, es decir, si las paredes no están íntegras o, en su defecto, en las mejores condiciones posibles, el suelo de la casa (nuestro suelo pélvico) podrá resentirse. Así que TAMBIÉN, deberemos ser valoradas por la especialista en suelo pélvico.

Estas valoraciones deberán hacerse transcurridas estas 8 semanas postparto, por lo que, si nos dan el visto bueno, ya podríamos a EMPEZAR a realizar algún tipo de actividad física de forma MUY PROGRESIVA, y siempre siendo actividad física respetuosa con el suelo pélvico. Lo que solemos recomendaros durante el embarazo, también es aplicable a este momento, para poco a poco y con tiempo, aumentar en tiempo e intensidad o tipo de ejercicio.

Yo siempre recomiendo que aprendáis a hacer GAH (de la que también os he hablado con anterioridad), método 5p, algún programa de recuperación específico… Pero, lo que está claro es que es muy importante recuperarse físicamente.

El postparto: las emociones

¿Y qué os cuento sobre toda la esfera emocional? Podría estar escribiendo días sobre la montaña rusa de emociones que sentimos en el postparto… y no acabaría.

Acabamos de ser madres y estamos eufóricas. Pero acabamos de ser madres y estamos nerviosas, tenemos miedos (que, encima, se materializan con nuestros pequeños en brazos). Acabamos de ser madres y, a veces, nos sentimos mal.

Os voy a decir algo: “VALE SENTIRSE MAL”

Vale sentir altos y bajos. Vale reír. Vale llorar. Vale no saber qué sientes. Vale no saber porqué lo sientes.

Es normal. Tenemos una revolución hormonal tremenda. Y REPITO: acabamos de ser madres. Muchas veces ni nos reconocemos a nosotras mismas, incluyo aquí que a veces nos miramos al espejo y no nos reconocemos, y esto también es importante.

Se nos exige poder con todo y no. NO somos súper-mujeres. Nunca lo hemos sido, ¿Porqué debemos empezar a serlo en este preciso momento? ¿Estamos locos? Ahora también nosotras necesitamos que nos cuiden. Necesitamos ser respetadas como mujeres y como madres y no necesitamos que nadie nos infantilice, y tampoco necesitamos actitudes paternalistas.

Lo que sí necesitamos es ayuda real, ayuda de la útil. Y este tipo de ayuda puede brindarse si se pregunta qué necesitáis.

Dar por supuesto las cosas en este momentazo… es mala idea.

Es importante hablar. Es importante hablar mucho durante el embarazo. Es importante decir lo que se quiere, lo que se espera, lo que NO se quiere y que cada familia (madre y padre) piense esas normas no escritas que van a regir su casa.

Por ejemplo, visitas ¿sí?¿no?. Visitas en el hospital no pero en casa si, visitas en ningún sitio… visitas sí pero con horarios o vamos a esperar a ver qué ritmo nos marca nuestro hijo o hija para decidir qué hacemos… Todo debe respetarse. Y nada debe criticarse

Otro ejemplo un poco peliagudo es: si algo parece mal de mi familia lo gestiono yo, si algo parece mal de la familia política lo gestiona la pareja.

Imagino que entendéis por donde voy…

Aún con todo esto, tener hijos es maravilloso. Al menos para mí mi hija me ha descubierto muchísimas emociones y sentimientos que no conocía y le estaré agradecida toda la vida.

Las primeras que tenemos que darnos margen y no auto-exigirnos más de la cuenta somos nosotras.

Siempre os diré lo mismo: tratad de conocer a vuestro retoño/a, miradlo, tocadlo, oledlo, besadlo, escuchadlo, acunadlo, sentidlo, mecedlo. Si os conocéis, sabréis lo que necesitáis y confiaréis en vosotras mismas más que en nadie.

Creedme, nuestros/as pequeños/as, siempre nos dicen lo que necesitan.

>> Matrona Wellness, tu matrona en Avilés <<

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: