¿Qué es un parto instrumental?

Estas dos ultimas semanas os he estado hablado de partos; de tipos de partos, para ser más concretos.

Los tipos de partos que pueden darse son dos (bueno, tres realmente): eutócicos (partos normales o naturales; que son aquellos en los que parimos nosotras empujando “sin” ayuda externa) y distócicos (entendiendo esta palabra como “anormalidad” para obstetricia) que pueden ser, a su vez, cesáreas o partos instrumentales.

Hoy quiero hablaros de estos últimos: de los partos instrumentales; explicar cuáles son los instrumentos que pueden usarse y los motivos y, además, hacerlo de la manera más aséptica posible. Sin decantarme por uno u otro. Curiosamente no es la primera vez que alguna de vosotras me ha hecho esa pregunta: ¿cuál preferirías tú?

Como ya os he comentado en más de una ocasión, la ciencia, afortunadamente, ha avanzado muchísimo. Y aunque a priori pueda pensarse que un parto instrumental (igual que una cesárea) es inocuo, nada más lejos de la realidad. En España se realizan entre un 15-20% de partos instrumentales y, esperemos, que estas tasas continúen bajando si ello significa que hay un manejo mucho más fisiológico del trabajo de parto o, lo que es lo mismo, un mayor respeto por la fisiología del parto.

Vamos al lío.

Parto instrumental: tipos de instrumentos

Los instrumentos que a día de hoy se utilizan en los partos, más concretamente en el expulsivo (período que abarca el tiempo desde que se alcanza la dilatación completa hasta el nacimiento del bebé), son tres: los fórceps (instrumento más antiguo), las espátulas y la ventosa (el más utilizado a día de hoy):

  • Los Fórceps: es un instrumento quirúrgico que se compone de 2 palas articuladas (similar a una tijera) que se introducen en la vagina con el fin de sujetar la cabeza del bebé para poder tirar y/o rotar y extraer el bebé del cuerpo materno.
  • La ventosa: es una campana conectada a una extracción de vacío que se sujeta a la cabeza del bebé con el fin de tirar de ella. Permite la flexión de la cabecita para sacarla por el canal del parto.

Existe un tipo de ventosa en la que el vacío se produce de forma manual que se llama Kiwi.

  • Las palas: instrumento parecido a los fórceps, con forma de cuchara, pero que no se articulan entre sí.

Bien, y ahora viene la pregunta del millón: ¿de qué depende que se use uno u otro?

Podríamos dar dos –principales- razones: el uso de un instrumento u otro en un parto depende mucho de, por un lado, la habilidad de la persona que lo va a utilizar y, por otro, las condiciones que rodean al parto.

Por ejemplo, las espátulas no tienen como fin tirar de la cabeza del bebé, sino usar la pelvis y musculatura materna como punto de apoyo. Podría decirse que se usa para “abrir” un poco más el canal el parto.

Por otro lado, los fórceps son más efectivos que la ventosa a la hora de extraer la cabeza del bebé ya que permiten rotarla en caso de que la rotación no se haya producido por si misma. Otro punto a tener en cuenta en la altura a la que se encuentra la presentación (la cabecita) dentro de la pelvis materna.

Parto instrumental: ¿cuándo deben usarse?

Generalmente cuando el período expulsivo es muy prolongado, es decir, un “alivio de expulsivo” es una de las causas más comunes para tener que utilizar alguno de los instrumentos que os he nombrado. En la mayoría de los hospitales existen protocolos de actuación en los que marcan las horas “permitidas” en período de expulsivo. Una vez alcanzado ese momento, el o la ginecóloga de guardia valora y decide qué debe hacerse. En este caso no necesariamente el bebé o la mamá lo está pasando mal. También se usan para acortar el expulsivo en casos de patología materna o cualquier situación que contraindique los pujos maternos como las cardiopatías, la miopía magna, la patología de pulmón o el desprendimiento de retina, por poner ejemplos.

Cuando un bebé no se coloca bien en el canal del parto (pero está prácticamente asomando la cabeza), y el registro de la FCF indica que hay peligro para la vida del bebé, es cuando está realmente indicado intervenir con un instrumento obstétrico.

¿Tienen complicaciones para la madre o para el bebé los instrumentales?

Por enumerar algunos de los problemas que puede producir un parto instrumental para la madre: desgarros y rasguños de vagina y cuello uterino, hemotomas, fracturas del coxis, dolor crónico vulvar y perineal, desgarro a partir de la episiotomía (como desgarros del esfínter anal)…

Además, los problemas que podrían ocasionar para el bebé son: marcas de las palas, laceraciones, equímosis, erosiones, heridas, cefalohematomas, hematomas, hemorragias, parálisis facial…

Por otro lado, cada vez más se tiene en cuenta el posible dolor en los primeros días de vida que podrían sentir los bebés que nacen por este tipo de partos. Sentir dolor podría (podría) ser una explicación en bebés que lloran mucho y desconsoladamente desde las primeras horas de vida, además, hay que tener en cuenta que este podría influir negativamente en la lactancia materna, entre otros.

Acompaño bastantes partos instrumentales porque (recordad) hay un porcentaje nada desdeñable de ellos.

No puedo hacer que se os quiten los pensamientos que pueden veniros de repente a la cabeza, ojalá.

Os preocupáis.
Os ponéis nerviosas.
Os entran más miedos, muchas veces.
Os entiendo y os acompaño.
Acompañaros es mi papel en vuestro parto.
Sea el parto que sea.
Así que sí. Os entiendo y os acompaño.

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