Cómo viajar con niños en avión

Volvemos a la carga con los post escritos por colaborador@s (puedes recordar el anterior aquí). En esta ocasión contamos con Beatriz, enfermera y azafata de vuelo; ¿quién mejor que ella para darnos consejos sobre cómo viajar en avión con bebés?

Además, dentro de muy poquito será “bimadre” (la ilusión que tiene es contagiosa) así que, como digo, no se me ocurre nadie mejor, ni post mejor ahora que ha entrado el verano y ya ha terminado el estado de alarma. 

Y antes de dejaros con la entrada, decirle a Bea que gracias a la casualidad y a la vida por ponernos en el mismo camino y, por supuesto, ¡gracias por el post!

Para todas aquellas familias que vayáis a viajar en avión: tomad nota, no dejéis de leer el post de hoy porque os será de gran utilidad. 


En ocasiones, tener que tomar un vuelo con un bebe puede parecer misión imposible, sobre todo si no se está demasiado familiarizado a viajar en este medio de transporte. ¿Volar puede afectar a la salud o al bienestar de mi hijo? ¿Se puede volar con bebés muy pequeños? Calma, desde ya os desvelo que sí, sí se puede viajar que bebés/niños pequeños; no hay ningún problema y en este post os develaré algunos secretos y trucos para hacer que el vuelo (y los momentos anteriores y posteriores) fluya lo mejor posible.

No os voy a mentir, volar implica una serie de condiciones que no existen en otros medios de transporte, como la presión a la que se somete a nuestro organismo, la radiación que se recibe, o la sequedad ambiente en cabina; pero no dejan de ser condiciones perfectamente asumibles tanto por adultos como por bebés, pues en principio no implican riesgo alguno para la salud.  

Empecemos por lo malo: cuando se viaja con niños se necesita tiempo (y probablemente una dosis de paciencia) extra. Llegar al aeropuerto, facturar, pasar el control de pasajeros, o el embarque… pueden convertirse en toda una gymkhana, por lo que siempre es recomendable estar en el aeropuerto de salida con más antelación de lo normal. En el caso de tener que conectar vuelos, debemos tener en cuenta que probablemente no sea posible cambiar de un avión al siguiente tan rápido como cuando se viaja sin niños, por lo que habrá que tomárselo con calma y planear bien los horarios del viaje para no acabar estresado y corriendo por el aeropuerto.

Veamos ahora algunos consejos a tener en cuenta desde la planificación del viaje hasta el aterrizaje.

No os voy a mentir, volar implica una serie de condiciones que no existen en otros medios de transporte, como la presión a la que se somete a nuestro organismo, la radiación que se recibe, o la sequedad ambiente en cabina; pero no dejan de ser condiciones perfectamente asumibles tanto por adultos como por bebés, pues en principio no implican riesgo alguno para la salud.  

Empecemos por lo malo: cuando se viaja con niños se necesita tiempo (y probablemente una dosis de paciencia) extra. Llegar al aeropuerto, facturar, pasar el control de pasajeros, o el embarque… pueden convertirse en toda una gymkhana, por lo que siempre es recomendable estar en el aeropuerto de salida con más antelación de lo normal. En el caso de tener que conectar vuelos, debemos tener en cuenta que probablemente no sea posible cambiar de un avión al siguiente tan rápido como cuando se viaja sin niños, por lo que habrá que tomárselo con calma y planear bien los horarios del viaje para no acabar estresado y corriendo por el aeropuerto.

Veamos ahora algunos consejos a tener en cuenta desde la planificación del viaje hasta el aterrizaje.

Viajar con bebés en avión: la compra del billete y planificación previa

Es verdad que os he dicho que no hay ningún problema para viajar con bebés pequeños en avión, pero sí hay una pequeña limitación: generalmente, no se puede viajar en avión hasta que se  han cumplido dos semanas de vida. Desde ese momento, ¡sin ningún problema!

Un adulto podrá viajar, como máximo, con dos niños menores de dos años, siempre y cuando al menos uno de ellos haya cumplido 18 meses. Además, al ser dos menores, se necesitará un sistema de retención infantil homologado para utilizar durante el vuelo.

Parece obvio pero es muy recomendable consultar con la compañía con la que se va a volar  aquellas dudas o requerimientos que aparezcan a la hora de comprar un billete. No todas las compañías ofertan los mismos servicios, es más, suelen diferir entre operadores.

En cuanto a la documentación necesaria para volar:

· Vuelos nacionales: libro de familia (o DNI)
· Vuelos dentro de la zona Schengen: DNI
· Resto de vuelos: pasaporte

Además, es importante recordar que si el menor viaja con una persona que no sea ninguno de sus progenitores o tutor legal, deberá presentarse una autorización firmada por los padres o tutores.

Es conveniente tener en cuenta el calendario vacunal del niñ@, así como aquellas vacunas que puedan ser obligatorias en el país de destino (consultarlo con tiempo suficiente antes de volar), por si hubiera que añadir alguna que no esté incluida en el calendario o que el niñ@ aún no tenga puesta.

Muchas veces tendemos a comprar los billetes por el precio, sin importar demasiado el horario de salida y/o llegada. Cuando se viaja con niños, esto cambia. Planea muy bien los horarios, ten en cuenta las diferencias horarias (si las hubiese) entre origen y destino. Haz que sea lo más cómodo para todos; lo agradeceréis.

Ten en cuenta que en muy pocas compañías podrán facilitarte pañales, toallitas, leche infantil etc. a bordo, por lo que se recomienda llevar suficientes de estos artículos en el equipaje de mano. Además, no te olvides de algún “extra” por si hubiese retrasos en el vuelo.

Lo que si que puedes solicitar (a la mayoría de las compañías) es comida para los bebés  (potito o similar); eso sí, recuerda que deberás hacer siempre una petición a la compañía con una antelación mínima de 72h antes de la salida del vuelo.

Por último, piensa que lo más cómodo es facturar la mayor parte del equipaje para poder atender mejor a tu pequeñ@ (sobre todo si viajas sol@ con él/ella). Piensa en la situación: bebé, carro, equipaje de manos, saco de nervios… Piensa en tu paso por el aeropuerto y la comodidad del mismo.

Viajar con bebés en avión: el aeropuerto

La mayoría de aeropuertos ya disponen de mostradores de facturación y colas específicas para el control de pasajeros reservados para familias con niños. Además de baños equipados con cambiadores, salas de lactancia y zonas de juego en el área de embarque para hacerle la vida más fácil a quienes viajan con menores.

En algunos también hay sillas con las que moverse por la terminal de manera gratuita si el carro va facturado. En internet podrás encontrar un montón de información sobre los aeropuertos y los servicios disponibles en cada uno de ellos.

Viajar con bebés en avión: el embarque

A la hora de embarcar, la mayoría de compañías aéreas hacen embarques prioritarios para familias con niños, dando un tiempo extra para acceder al avión, plegar el carrito, y colocar todo el equipaje a bordo. Además, si el carro no supera la medida del equipaje de mano, podrá llevarse en cabina, disponiendo de él para desembarcar. En caso de que el carro sea de tamaño estándar una vez plegado, viajará etiquetado en bodega y, en función del aeropuerto y del operador, será entregado a pie de avión al desembarcar o bien saldrá en la cinta de equipajes junto con el resto de equipaje facturado.

Una vez a bordo, los bebés menores de dos años deben viajar en el regazo del adulto sujetos con un cinturón de seguridad facilitado por la tripulación. Es muy importante hacer uso del mismo durante el rodaje, despegue y aterrizaje, y siempre que la señal de cinturones se encienda. En algunos operadores es posible, además, utilizar un sistema de retención infantil, facilitado por los padres (o quienes viajen con el bebé), y que deberá estar homologado.

Los SRI tienen que situarse en asiento de ventana, y no podrán usarse en salida de emergencia. Este sistema debe utilizarse si un adulto quiere viajar con dos menores de dos años: uno irá en su regazo y el otro en un SRI.

También se puede utilizar un sistema SRI por comodidad, pero, recordad: los niños menores de dos años viajan sin plaza ya que no ocupan asiento, por lo  que si se prefiere utilizar un SRI deberá comprarse un billete con asiento para poder utilizarlo a bordo.

Viajar con bebés en avión: despegue y aterrizaje

Como ya os he contado, e estos dos momentos los bebés siempre deberán estar en el regazo del adulto responsable con el cinturón de seguridad abrochado; o bien en el SRI, no pudiendo ir porteados en estas fases por seguridad.

En el despegue y en el aterrizaje es cuando más se notan los cambios de presión en cabina, por tanto, son los momentos en que más frecuentemente aparecen las temidas molestias en los oídos. En el caso de los bebés, pueden mitigarse dándole pecho o biberón, ya que el hecho de estar succionando y tragando ayuda a movilizar el tímpano y compensar los cambios de presión.

En caso de que el  bebé este acatarrado, volar no sería lo más recomendable, pues una nariz taponada generalmente produce problemas para que el oído se adapte a los cambios de presión, causando en muchos casos dolor agudo e incomodidad para el menor.

Viajar con bebés en avión: durante el vuelo

Los aseos de los aviones están equipados con cambiador para cambiar al bebé cómodamente. Piensa siempre que la tripulación de cabina podrá ayudarte con aquellas cosas que necesites, especialmente si viajas sol@ con tu bebé: calentar un biberón o un potito no serán un problema siempre que les des un cierto margen de tiempo, ya que en la mayoría de aviones no se dispone de microondas y hay que hacerlo al baño maría.

Si se trata de un vuelo transoceánico, muchos operadores disponen de algunos asientos en los que se puede acoplar una cuna, por lo que se recomienda contactar con la compañía y hacer la petición para que reserven una si está disponible. Podrán ser usadas por bebés con edad inferior a 8 meses y/o un peso por debajo de los 11kg.

Viajar con bebés en avión: primeros auxilios

En el caso de que tu bebé se ponga malito a bordo, la tripulación de cabina tiene formación básica en primeros auxilios y, además, dispone de oxígeno y un botiquín básico. Por ello, no dudes en pedir ayuda en caso de necesitarlo. Eso sí, NO se dispone de medicamentos en formato pediátrico (paracetamol, ibuprofeno…) y, además, en algunas aerolíneas no se permite a la tripulación administrarlos, por lo que es recomendable llevar algunos por si hiciese falta.

Viajar con bebés en avión: disfruta del vuelo y déjate cuidar

No quiero despedirme sin recordar que la tripulación de cabina se encuentra (nos encontramos) a bordo para tu seguridad y tu confort. No será la primera vez que sostenemos a un bebe en brazos mientras tu utilizas el aseo, o incluso mientras comes algo, sobre todo si algún miembro de la tripulación es papá/mamá y sabe lo que es viajar con niños 🙂 ¡Disfruta del vuelo!

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